Este alemán se ha convertido en uno de los más importantes vídeo artistas del momento. Sus trabajos con múltiples monitores hacen que la mirada vuele de un pantalla a otra, de manera que cada espectador establece su propio montaje de las piezas. Los protagonistas de sus obras suelen ser personajes anónimos que, dentro de una puesta en escena surrealista y teatral, realizan trabajos rutinarios. A partir de este planteamiento Rosefeldt desmenuza la realidad desde diferentes dimensiones para abordar conceptos como el absurdo de la existencia humana, la frontera entre lo real y lo ficticio o la ambición.
La pieza que traemos aquí es de una abrumadora belleza, la limitación que supone la pantalla del ordenador hace que sea difícil poder contemplarla como se merece pero nos permite hacernos una idea de la fuerza de sus imágenes.